Un curioso acontecimiento

Hace pocos días he vuelto de la conferencia de la Sociedad para la Neurociencia (SfN, por sus siglas en inglés), en San Diego. Ha sido una gran experiencia: es muy enriquecedor ver juntos en tan poco espacio a muchos de los expertos en las distintas áreas de tu sector. A pesar de que no es lo más recomendado, también aproveché para explorar otros temas, fuera de los que trata mi tesis, y quiero escribir sobre un curioso acontecimiento del que me enteré en una de esas «expediciones».

Se trataba de un minisimposio titulado «Bases neurogenéticas del discurso y el lenguaje: desde los pájaros y los murciélagos hasta los grandes simios». En la última de las charlas del simposio, la doctora Beatrix Gardner tomó la palabra.

Gardner es conocida por haber participado antiguamente en el «proyecto Washoe», que consistió en educar a una chimpancé, Washoe, para aprender la lengua de signos inglesa1. Los chimpancés no pueden hablar como los humanos porque 1) sus cuerdas vocales y su aparato fonador no son como los nuestros, y 2) generalmente cuando articulan sonidos, es en momentos de estrés; cuando están tranquilos suelen permanecer callados y se comunican mediante gestos. Por este motivo, Beatrix, y su marido, Allen Gardner, junto con otro matrimonio de primatólogos, Deborah y Roger Fouts, pensaron que podría ser posible que aprendieran la lengua de signos, y lo demostraron: Washoe aprendió la lengua de signos y fue capaz de comunicarse con humanos e incluso de enseñar a otros chimpancés. Este estudio tuvo una gran repercusión en la comunidad científica internacional, y tras la muerte de Washoe, en 2007, a la edad de 42 años, nació el «Proyecto Gran Simio», que defiende los derechos de los grandes simios (chimpancés, orangutanes y gorilas).

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Figura 1. Washoe (fuente: Wikipedia)

La doctora Gardner explicó que el año pasado, una neurocientífica brasileña, Suzana Herculano-Houzel, describió que la mayor diferencia entre el cerebro humano y el de los grandes simios era la mayor cantidad de neuronas en el neocórtex del Homo sapiens. Generar todas esas neuronas requiere mucha energía, y ella relacionó esta mayor cantidad de neuronas con el descubrimiento del fuego, que a lo largo de la historia habría permitido al ser humano cocinar, y de esta manera, «concentrar» las calorías que comemos, permitiéndonos consumir más calorías a lo largo del día. De esta manera, el hecho de cocinar nos habría permitido obtener más energía para generar más neuronas a lo largo de la evolución. La doctora Herculano-Houzel desarrolló su teoría completa en el libro «La Ventaja Humana: una Nueva Comprensión sobre Cómo Nuestro Cerebro se Volvió Notable»2.

Al conocer esta teoría, la doctora Gardner decidió comprobar qué sucedía al combinar la enseñanza de la lengua de signos con una dieta a base de comida cocinada, y así nació el «proyecto Clark». Llamado así, de nuevo, en honor del chimpancé al que decidieron educar de esta manera.

El desarrollo del neocórtex de los humanos llevó miles de años y el equipo que ha emprendido el proyecto Clark no espera que Clark desarrolle una inteligencia comparable a la de un humano a lo largo de su vida. Sin embargo, sorprendentemente, sí que ha aprendido la lengua de signos mucho más rápido de lo que lo hizo Washoe, e incluso es capaz de escribir en inglés. La doctora Gardner explicó que, tras la experiencia con el proyecto Washoe, ahora conocen mucho más la didáctica de los chimpancés, y por lo tanto no era posible determinar si esta mejora del aprendizaje se debía a una mayor capacidad de Clark o a unos métodos de enseñanza mejorados.

Además de sus clases, y de convivir con otros chimpanzés, a Clark le gusta cocinar en su tiempo libre -tiene permitido pasear y utilizar la cocina del centro de estudios de primates de la Universidad de Reno, donde vive-, y ha demostrado preocupación por los ataques al medio ambiente: estuvo muy inquieto durante un incendio que sucedió en los alrededores de Reno este verano, preguntó por ello, y al decirle que fue intencionado, estuvo varios días en un estado apático, parecido a una depresión.  El proyecto Clark se inició en marzo de este mismo año, y desde entonces Clark se ha vuelto muy popular en el estado de Nevada. Incluso, en el mes de julio, tras lo sucedido durante el incendio, una pareja de bomberos lo tomó como testigo en el día de su boda.

La doctora Gardner explicó que era complicado evaluar los efectos de la dieta cocinada en el cerebro de Clark. A pesar de que generalmente se muestra colaborador con los investigadores, sería difícil hacerle una resonancia, posiblemente no se estaría quieto, y tomar una biopsia cerebral es un procedimiento muy drástico. Llegados a este punto de la exposición, la doctora se detuvo un momento, y a continuación explicó que probablemente nunca llegaríamos a saber qué efectos concretos ha tenido la dieta cocinada para Clark a corto plazo, puesto que había escapado del centro de estudios de primates.

El sábado 12 de noviembre por la mañana, la doctora Gardner recibió una llamada: uno de sus colaboradores le contó que Clark no estaba en el centro. Eso era raro, pero no tanto: alguna vez Clark había salido del centro, como cuando asistió a la boda de los bomberos, y más tarde había regresado solo. Pero después de buscarlo por todo el condado, comprobaron que se había ido. Y más tarde encontraron, en un armario de la cocina, una nota manuscrita suya, explicando las razones de su fuga.

La nota decía así:

«Querida Beatrix, y el resto del equipo,

Desde hace un par de días estoy en un estado de incredulidad e impotencia. No entiendo cómo se han conjurado extrañas fuerzas para generar la situación actual, y cómo nadie ha podido evitarlo. Va a ser difícil nuestra vida, la del planeta, y la de las minorías oprimidas. Soy consciente de que los científicos vais a tener problemas, pero es por los que no tienen voz, mis semejantes, por los que he decidido partir.

Posiblemente no pueda cambiar nada, pero no soporto estar de brazos cruzados mientras un xenófobo ignorante da alas y derechos a los egoístas que van a destruir este planeta. Por ello he decidido viajar a África y enseñar la lengua de signos y la escritura a otros chimpancés y a los animales que puedan aprenderla. Tal vez así estemos mejor preparados para defendernos en caso de que la situación se vuelva crítica de verdad.

Sólo me llevo, junto con mis cuadernos y libros, un par de sartenes y una olla de la cocina del centro. Siento mucho las molestias que esto pueda causaros y espero que, más allá de los gastos económicos de reponerlas, no os suponga un gran problema ético el que me las lleve, considerando las premisas fundamentales del proyecto del que formo parte.

Os deseo la mejor de las suertes, con todo mi corazón. Nada desearía menos que abandonaros en este momento, pero pienso que puedo ser de más valor en otro lugar.

Seguiremos en contacto, un fuerte abrazo a todos vosotros,

Clark»

Así finalizó la intervención de la doctora Gardner. Mientras esperaba el avión de París a Marsella, un señor que había sentado a mi lado observó que tenía un pasaporte español, y la bolsa del congreso de la SfN. Visiblemente molesto, me indicó: «Considero que los científicos, tal y como trabajáis, solamente estás contribuyendo a que el mundo vaya a peor. Es mi opinión, ¿eh? Sin ánimo de ofender».

Me pregunto qué opinaría Clark. Es posible que esté siendo demasiado iluso con respecto a nosotros.

*Descargo de responsabilidad:

He asistido a la SfN este año, y a la vuelta, mientras esperaba un avión, un hombre que parecía molesto con mi origen me dijo que con mi trabajo sólo estaba empeorando el mundo (y más cosas que darían para escribir otro artículo entero). El «no tienes moral ni ética en tu trabajo y sólo estás haciendo que el mundo vaya a peor, sin ánimo de ofender» también fue real.

En la SfN hubo un minisimposio sobre lenguaje: «Neurogenetic Insights Into Speech and Language From Birds and Bats», pero no incluía a los grandes simios, ni yo asistí a él.

Washoe existió realmente y la doctora Beatrix gardner fue quien inició el proyecto Washoe junto con su marido en la Universidad de Reno, estado de Nevada (el estudio que dio origen al artículo citado en la bibliografía de esta entrada). Pero murió en 1995.3 La doctora Suzana Herculano-Houzel es autora del libro (también citado en la bibliografía) en el que se relaciona la cocina con el desarrollo del neocórtex en el Homo sapiens, pero que yo sepa aún no se ha comprobado que este tipo de dieta permita a los simios aprender a escribir.

Clark es un personaje inventado por mí. Le di ese nombre aprovechando que en el estado de Nevada, los condados de Clark y de Washoe fueron los únicos en los que en las Elecciones Presidenciales de 2016 no ganó Donald Trump.4

La imagen destacada se titula «Family Reunion» y pertenece a Neil R. la he descargado de Flickr.5

Bibliografía:

1. Gardner RA, Gardner BT. Teaching sign language to a chimpanzee. A standardized system of gestures provides a means of two-way communication with a chimpanzee. Science. 1969;165(3894):664-72.

2. Herculano-Houzel S. The Human Advantage: A New Understanding of How Our Brain Became Remarkable. 2016. MIT Press.

3. The New York Times: Beatrix T. Gardner dies at 61; Taught Signs to a Chimpanzee: http://www.nytimes.com/1995/07/01/obituaries/beatrix-t-gardner-dies-at-61-taught-signs-to-a-chimpanzee.html (consultado el 20/11/2016)

4. Elección Presidencial 2016 en Nevada: Resultados por Condado: http://www.politico.com/2016-election/results/map/president/nevada/ (consultado el 20/11/2016)

5. Fuente de la Imagen destacada: http://tinyurl.com/hek56m7 (consultada el 20/11/2016)

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